Energía para el Futuro: Transformando Comunidades en La Guajira

Durante el “Diálogo: Hacia un Futuro Energético Sostenible en La Guajira” realizado el 31 de Enero (2025) en la Universidad de La Guajira, la lideresa de la Comunidad de Coropontain y el líder de la Comunidad Energética de Jisentira, de la Alta Guajira, compartieron con nosotros cómo la llegada de la energía ha transformado la educación en sus comunidades. Gracias a este acceso, los estudiantes ahora pueden extender sus horas de aprendizaje y mejorar su desempeño académico. Esto es relevante para aquellos jóvenes que antes enfrentaban desafíos diarios como regresar a casa para asumir tareas del cuidado en la ranchería, o recorrer largas distancias solo para cargar sus computadores. El tiempo, simplemente, no les alcanzaba para continuar con sus estudios.
Antes, la comunidad recorría hasta 30 minutos solo para cargar un teléfono. Hoy, la autonomía energética ha mejorado el bienestar, facilitado la educación y fortalecido el trabajo de las artesanas. Con acceso a iluminación y herramientas digitales, los niños tienen más incentivos para aprender, mientras que las mujeres pueden tejer con mejor luz, reduciendo el esfuerzo visual y aumentando su producción. En el próximo blog, profundizaremos en cómo esta transformación está fortaleciendo a la comunidad.
Articulación de actores territoriales para sostenibilidad de las Comunidades Energéticas
Si bien la llegada de la energía a los territorios es una demanda de justicia histórica, su gestión, escalamiento y sostenibilidad en el tiempo, presenta serios desafíos. Para abordarlos, el diálogo realizado en la Universidad de la Guajira reunió a una diversidad de actores—comunidades, sector privado, gobierno nacional y local, academia y cooperación internacional—con el propósito de identificar retos y acciones concretas que fortalezcan las apuestas de la Transición Energética Justa.
Desde el Governance Action Hub, nuestro enfoque se basa en el uso de metodologías participativas y de análisis sistémico para alinear esfuerzos y evitar la fragmentación de esfuerzos en la implementación de las Comunidades Energéticas (CEs), tal como lo comentamos en nuestro anterior blog. En este sentido, el trabajo que estamos desarrollando con los socios del proyecto, permitió realizar un mapeo previo de actores y un análisis institucional para entender los programas, sus desafíos en la transición energética en Colombia y posibilidades de mejor colaboración para evitar el riesgo de una “brecha de implementación”.
Nuestro objetivo fue claro: promover un espacio colaborativo de diálogo y aprendizaje, donde los distintos actores pudieran identificar sinergias, compromisos y estrategias para la sostenibilidad de las CEs en La Guajira. A través de una metodología basada en el pensamiento sistémico y herramientas participativas (agenda), buscamos poner las voces de las comunidades al centro de la conversación. Este blog resume los principales aprendizajes del taller y cómo, a partir del diálogo y la colaboración, podemos avanzar hacia comunidades energéticas sostenibles y alineadas con las realidades locales.
Desafíos y acciones en la construcción de comunidades energéticas
El diálogo multiactor permitió conocer desafíos estructurales y operativos que limitan el desarrollo de la sostenibilidad de las CEs. En general, vimos 5 grandes áreas de retos frente a la sostenibilidad de las CEs e identificamos oportunidades claras de acción colectiva para abordarlos:
1. Gobernanza comunitaria y participación alrededor del mantenimiento y operación de la nueva infraestructura
Hoy persisten brechas en los mecanismos de consulta previa y espacios de diálogo, lo que debilita a las comunidades. Por ello, la necesidad de fortalecer la participación de la comunidad en la toma de decisiones sobre sus propios proyectos energéticos. Además, la gobernanza de las comunidades energéticas no ha sido conversada ni definida, lo que dificulta la articulación con su visión del territorio e interactuar con otros actores locales, instituciones gubernamentales y empresas del sector.
Sin modelos de gestión claros, la sostenibilidad de los proyectos puede verse comprometida. Acciones que podrían abordar de manera directa estos desafíos sobre la participación y la capacitación, son:
- Mejorar la coordinación estratégica con Ministerio de Minas y Energía (MME) y actores externos (Cooperación internacional, Cámara de comercio, Sector privado) que permitan que la escalabilidad de CEs incluya modelos de asociatividad Wayuu -alrededor de los planes de vida- y prioridades locales, para alcanzar nuevas inversiones del sector privado.
- Podría conformarse comités paralelos de jóvenes y mujeres para participar de la toma de decisiones, como complemento a las estructuras tradicionales de las comunidades. Donde la planificación de actividades (talleres, caracterización y acompañamiento) en temas de gestión energética y estrategias de fortalecimiento de las estructuras organizativas.
2. Acceso a financiamiento y recursos técnicos para las Comunidades Energéticas
La falta de estrategias de co-inversión limita la posibilidad de expandir la generación eléctrica, ya sea a través de la ampliación de las “casas del sol”. Conocer más sobre mecanismos fiscales, incentivos sectoriales y estrategias de inversión permitiría impulsar el desarrollo y consolidación de las CEs, podría facilitar el crecimiento y consolidación de la apuesta energética y productiva comunitaria.
Otro aspecto que destacaron en las Mesas de Diálogo fue la escasez de recursos técnicos, como conocimientos administrativos, para la operación y mantenimiento de la infraestructura energética que una vez, fortalecidas, mitiga el riesgo de fallos técnicos y el desgaste prematuro de los sistemas con los que cuenta .
Sobre el acceso a financiamiento, la falta de recursos técnicos, y el fortalecimiento de la infraestructura energética, las siguientes acciones puede consolidar la sostenibilidad de las Comunidades Energéticas:
- Desarrollar módulos híbridos con universidades, entidades como El Centro Regional de Formación en Energías Renovables (CERFER), y el Ministerio para acompañar la introducción, manejo de recursos, y cuidado de la infraestructura. Los módulos serían sobre mecanismos fiscales, estrategias de co-inversión que permitan la expansión de la infraestructura energética, formación técnica en gestión administrativa.
- Con los aliados del gobierno nacional, desarrollar un sistema de seguimiento de los equipos entregados, y establecer un sistema de respuesta al mantenimiento o gestión de subsidios, por ejemplo.
3. Formación y transferencia de conocimiento
Las comunidades hicieron un llamado para recibir más capacitación en aspectos técnicos, administrativos y organizativos para gestionar de forma autónoma sus proyectos. Es decir, si podemos permitir un mayor acceso a modelos de formación que integren conocimientos tecnológicos y reconozcan sus saberes ancestrales, se asegura una transición alineada con las visiones locales.
Se conversó también sobre cómo incluir la participación de jóvenes en estos procesos ya que puede garantizar que los planes de vida comunitarios tengan continuidad. Sin incentivos adecuados para su involucramiento, existe el riesgo de que la transferencia de conocimiento y apropiación se pierda, afectando la sostenibilidad de las comunidades energéticas.
Estas dos acciones esenciales para asegurar la continuidad de las comunidades energéticas:
- Crear un programa que fortalezca habilidades técnicas, para la operación y mantenimiento de las comunidades energéticas, así como en gestión de recursos y proyectos productivos. Orientado a jóvenes, y en conjunto con el Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA), tomando del curriculum de otras escuelas como la de PARES o AES Colombia, entre otras entidades promotoras de la educación. Este programa podría incluir incentivos para que los jóvenes participen activamente, considerando sus prioridades diarias y familiares.
- Crear una red para promover intercambios entre comunidades energéticas, fortaleciendo la cooperación entre ellas y con aliados estratégicos como universidades y organizaciones internacionales. Considerar una “Escuela de Formadores” para compartir ampliamente aprendizajes.
4. Sostenibilidad e impacto a futuro
La mayoría de iniciativas enfrentan el reto de asegurar su sostenibilidad para garantizar el mantenimiento de la infraestructura instalada, y también desarrollar modelos económicos que generen ingresos y algo de valor para tener una diversificación productiva. De lo contrario el impacto que puede traer la transición energética puede ser limitado.
Cuando los proyectos energéticos se alinean con los planes de vida y las prioridades de las comunidades, se fomenta una visión integral de desarrollo territorial. Si no se hace así, existe el riesgo de que estas iniciativas sean percibidas como intervenciones externas que imponen cómo debe darse la transformación socioeconómica.
Las siguientes acciones podrían transformar a dónde se dirigen las Comunidades a futuro:
- Promover modelos de negocio basados en energías renovables, alineados con los planes de vida. Esto asegura que los proyectos sean viables y culturalmente aceptados. Esto incluye la colaboración activa con aliados locales y la integración de las comunidades en la gestión y decisión de los proyectos.
- Desarrollar nuevas cadenas de valor que sean producto de la implementación de los programas de formación para fortalecer capacidades locales. Este empoderamiento fomenta una mentalidad para prepararse para el futuro.
5. Articulación con actores para el desarrollo territorial
Existe una problemática relacionada con la falta de coordinación entre las instituciones nacionales, particularmente entre las entidades responsables de la gestión de recursos energéticos (como el Ministerio de Minas y Energía, la UPME, FENOGE y el IPSE). Esto dificulta la implementación de políticas públicas y la asignación clara de recursos. Lo anterior sumado a procesos burocráticos y la falta de integración entre CEs, gobierno y sector privado. Sin mencionar los interés políticos a corto plazo.
Es por esto que estas acciones se alinean con los objetivos de mejorar la coordinación entre los actores involucrados y fortalecer la capacidad de las comunidades:
- Crear espacios de participación mediante foros, paneles y talleres. Actividades que permitirán la colaboración, promoviendo el diálogo abierto y honesto de cara a las capacidades y limitaciones de cada uno.
- Fomentar la colaboración con la cooperación internacional, que puede proporcionar los recursos necesarios para estas iniciativas, y con la academia, que tiene el potencial de impulsar el desarrollo técnico de soluciones energéticas a través de la investigación y la formación de capacidades.
Lecciones y próximos pasos
En nuestro diálogo, conversamos sobre lo que se requiere fortalecer: la articulación entre actores públicos, privados y comunitarios. Al cierre de este primer taller, identificamos 3 lecciones:
- El cooperativismo Wayuu es una fortaleza. Las prácticas de intercambio de saberes pueden integrarse en la gestión de proyectos energéticos y ayudar a redefinir el concepto de usuario. En estas comunidades, el consumo de energía no es individual sino colectivo, lo que exige modelos de pago y mantenimiento adecuados. Además, es fundamental asegurar un acompañamiento por comunidad, entendiendo primero su sistema local y cómo las CEs pueden generar avances sin afectar sus costumbres y actividades tradicionales.
- Es necesario fortalecer la articulación multiactor y a escala. Encontrar mecanismos de colaboración entre el sector público, privado, academia y comunidades permitirá garantizar flujos de inversión que hagan posible la sostenibilidad y cobertura energética. Esto es particularmente urgente, ya que los primeros proyectos de CEs tienen un alcance limitado y solo benefician a un pequeño porcentaje de la comunidad. Si no logran generar un beneficio colectivo, existe el riesgo de fragmentar el tejido social en lugar de fortalecerlo.
- Claridad en los próximos pasos y sostenibilidad a largo plazo. Más allá de la instalación de infraestructura, es clave definir cómo se gestionará y mantendrá a futuro. Esto implica establecer mecanismos claros de entrega, operación y sostenibilidad, idealmente con un rol articulador del Ministerio y la participación de actores privados y comunitarios.
Queremos mantener estos espacios de diálogo y aprendizaje. Nuestro siguiente paso es visitar a las comunidades para conocer de cerca sus necesidades y proyectos. Esto será un insumo clave para seguir articulando esfuerzos en torno a la energía comunitaria y co-creando un laboratorio de iniciativas que impulsen la Transición Energética Justa en La Guajira, con la colaboración de más aliados
El camino hacia una autonomía energética sostenible está en marcha. Ahora, el desafío es garantizar que esta energía continúe iluminando el presente y el futuro de las comunidades Wayuu. El último blog de esta serie destaca ejemplos concretos de cómo dos comunidades de la región están avanzando en ese camino.
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